River Plate es de esos equipos cuyos apelativos van contra
la realidad. 'Millonarios', les dicen. Pero están en segunda división, aguantan
burlas semanales de Boca Juniors, miran la Libertadores de lejos hace años, y
sus propios ídolos no acuden a su auxilio. Pero ese es River, el equipo que
jugó bonito, acumuló historias e historias de campeonatos, y exportó jugadores
a grandes clubes europeos. El equipo que ha revolucionado el Nacional B de
Argentina.
River es más que afiches burlándose porque perdió con Boca
Unidos, Atlanta o Gimnasia de Jujuy. El equipo que hoy dirige Matías Almeyda se
fue a segunda por el pésimo manejo dirigencial de un tal Aguilar, y
complementado por otro llamado Pasarella. Pero ni siquiera esos dos personajes
pudieron manchar sus 33 campeonatos argentinos y la banda que ostenta en el
pecho. River no pudo con Belgrano en una dramática promoción (2-0 y 1-1) y
entristeció a medio país 'gaucho'.
Ese mismo equipo que supo levantar la Copa Libertadores en
1996 y, un año después, logró el tricampeonato en Argentina de la mano de
Salas, Francescoli y Gallardo. ¿Quién podría pensar que tras exportar jugadores
como Saviola, Aimar, Demichelis, Gallardo y ganar seis títulos más después de
1999, su rendimiento empezaría a caer tanto que en 2011 se enfrentó cara a cara
con el descenso?
Pero, increíblemente, cuando descendió River se cobijó en
sus hinchas. Los que llenan estadios, compran camisetas, caminan kilómetros
para llenar todo estadio donde el 'millo' se presenta. Además, River Plate tuvo
el auxilio de quienes jugaron en el club: Fernando Cavenaghi, Leonardo Ponzio y
el 'Chori' Domínguez, dijeron presente y demostraron que pueden tener el valor
que Hernán Crespo, el mismo Saviola y D´Alessandro, que ni asomaron para volver
y dar una mano.
Además, el club genera tanta pasión en sus hinchas, que uno
de ellos, campeón mundial, ganador de Eurocopa, títulos en Francia e Italia, se
puso la camiseta y da todo por River.Es verdaderamente un lujo ver jugar a
David Trezeguet. Observar sus definiciones exquisitas, su tranquilidad pese a
la presión, y su simpleza para declarar y hasta firmar autógrafos. En la banca,
en tanto, la responsabilidad de dirección la tiene Matías Almeyda, un exjugador
que ganó la Libertadores en el 96, brilló en la Lazio de Italia y se retiró
tempranamente del fútbol.
Este es el River de ahora, que genera angustia en segunda,
que llena estadios, que no choca con Boca Juniors, sino con Boca Unidos; y que
fecha a fecha aguanta desde la presión por ascender, hasta las burlas de
afiches que no entienden al hincha 'millonario'.Ese hincha cuyo corazón no
perdió la categoría.